Bella isla del encanto
De montañas y praderas,
De paisajes muy hermosos
Quizo el Señor que así fueras.
Mi Puerto Rico tan bello,
Orgullosa estoy de tí..
Aqui ví la luz primera
Fue en tu suelo que nací.
Hoy puedo decir con gozo
Que me alegro haber nacido,
En un lugar tan hermoso
Y de Dios tan bendecido.
Sí... Puerto Rico es bendecido
Por el Dios que lo ha creado,
De tiempo atrás escogido
Con propósito sagrado.
Baluarte es del Evangelio,
Del cristianismo en acción
Poder de Dios derramado
En cada pueblo y rincón.
Vemos en su lindo escudo
El simbólico Cordero,
Posado sobre la Biblia
Dibujado con esmero.
De cierto que fue inspirado
Aquel a quien Dios usó
Que con gran sabiduría
Ese escudo diseñó.
El libro nos representa
La Palabra viva y Santa.
Tipo de Cristo... el cordero,
De paz... la bandera blanca.
De este precioso terruño
Grandes hombres han salido,
Sobre todo hombres valientes
Que al Señor se han rendido.
Luego el Señor los envía
A toda nación vecina...
A predicarles a Cristo
Porque el tiempo se termina.
Pido a Dios en esta hora
Que con Su Espíritu Santo,
Siga salvando las almas
En esta isla del encanto.
Preparando hombres valientes
Que se esfuerzen en llevar
El evangelio a las gentes
Y así se puedan salvar.
Proclamando a voz en cuello
Que el tiempo se está acabando,
Que Su venida se acerca
Y El Señor le está llamando.
Llamando al arrepentimiento,
Llamando a la consagración...
Llamando a la humanidad
A que busque salvación.
Oremos por Puerto Rico,
El enemigo lo asecha...
Porque aquí se ha producido
Una preciosa cosecha.
Cosecha de almas rendidas
A los pies del Salvador,
Y así se ha vuelto enemiga
De Satán... el destructor.
Es por eso que les pido
que intercedan al Señor,
para que así la proteja,
La libre del tentador.
De mi parte yo doy gracias
A mi Padre celestial...
Por ser parte de esta islita,
Y de Su Reino eternal.
Para tí que has creído en el Señor...
Y que pruebas tienes por demás a diario,
Un consejo quiero darte con amor...
¡No te rindas ante ningún adversario!
No te rindas aunque venga el desaliento,
No te rindas aunque ataques tú recibas
No te rindas ante el futuro incierto
¡No te rindas hermano mío mientras vivas!
¡No te rindas aunque ruja la tormenta!
No te rindas ante un furioso mar...
No te rindas aunque sientas sumergirte,
¡No te rindas, el Señor te ha de salvar!
No te rindas si la enfermedad te ataca
No te rindas si tu causa empeora,
No te rindas aunque las fuerzas te falten
No te rindas, al Señor tu Dios adora.
No te rindas aunque tiemblen tierra y mar
No te rindas aunque el sol no dé su luz,
No te rindas aunque tengas que llorar...
¡No te rindas... sigue cargando tu cruz!
No te rindas aunque todo sea tinieblas
No te rindas aunque no puedas cantar...
¡No te rindas si anta el caos a veces tiemblas!
¡No te rindas... y a Dios no dejes de amar!
No te rindas aunque venga lo que venga
No te rindas aunque el dolor sea muy fuerte,
No te rindas aunque seas perseguido...
¡No te rindas... sigue fiel hasta la muerte!
No te rindas si por el diablo eres tentado
No te rindas al poder del enemigo...
No te rindas si hasta ahora lo has logrado,
¡No te rindas... el Señor está contigo!
¡No te rindas hermano mío, no te rindas!
Sigue marchando como valiente soldado
Nunca mires hacia atrás...
¡Con Dios... tú vas de la mano!
¡No te rindas... No te rindas... No te rindas!
Con El Señor a tu lado podrás los montes cruzar...
Los caminos pedregosos y así también los collados,
¡Valles de sombra y muerte... todo lo podrás pasar!
No te rindas!