Introducción
El tema de la alabanza es bien extenso en las sagradas escrituras. En la Carta a los Efesios nos dice que somos escogidos para la alabanza y la gloria de Su nombre. Con nuestra boca debemos siempre rendir culto a Dios según el salmo 34:1 que dice así:
"Bendeciré a Jehová en todo tiempo. Su alabanza estará de continuo en mi boca."
Te obedezco Señor porque te amo
Y quiero hacer Tu divina voluntad,
Tú te agradas cuando nos sacrificamos
Y entonces nuestros sueños se hacen realidad.
Estoy presta a alabar Tu Santo nombre
Porque sé que en la alabanza Tú habitas,
Así que obedezco Tu mandato
Porque sé Señor, que Tú te glorificas.
Tú has hecho tantas cosas en mi vida
Y siempre has protegido mi familia,
Por eso vivo siempre agradecida
Y reconozco que he sido bendecida.
No encuentro las palabras suficientes
Para decirte Señor cuánto te amo,
Solo mis lágrimas que brotan silenciosas
Tú las recibes porque de mi te has agradado.
Y seguiré Señor toda mi vida
Obedeciéndote en todo lo que digas,
Hay bendición cuando te obedecemos
Así lo haré Señor… mientras yo viva!!!
Hermano ¿acaso el Señor te llamó
a hacer algo en favor de los perdidos?
Pero tú, no has hecho caso
y el llamado lo has echado al olvido.
Te has envuelto en trabajos seculares
y le has dicho al Señor, “ocupado estoy”
Y así pasa el tiempo y no haces nada
vuelve y le dices Señor, “más tarde voy.”
Y así pasan los meses y los años
y has seguido posponiendo el llamado,
Excusa tras excusa le presentas
y crees que el Señor se ha olvidado.
¿Hasta cuando sigues desobedeciendo
sin preocuparte por las almas que se pierden?
Mientras tanto el tiempo ha pasado
y el tiempo que ha pasado, ya no vuelve.
Y que le dirás al Señor cuando pregunte
¿por que no has hecho caso a mi llamado?
Te dio armas espirituales y talentos
y aún así para el no has trabajado.
Y que harás cuando te encuentres frente a frente
y te pregunten ¿qué tú hiciste el talento que te di?
¿Qué le dirás al Señor? no tuve tiempo
y el talento que me diste lo escondí.
Te llamarán siervo malo y negligente
tuviste en poco el talento que El te dio,
Fuiste ingrato y muy desobediente
y el tiempo hermano mío se acabó.
Si en medio nuestro se encuentra
alguien que Dios ha llamado,
Mira, ese llamado es del cielo,
es tiempo de que obedezcas
¡No lo dejes para luego!
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