Introducción
Muchas veces cuando estamos en oración de momento nos encontramos cantando algo que sale espontáneo de lo profundo de nuestro ser. Y eso sucede por inspiración del Espíritu Santo. Toda poesía se puede convertir en un cántico. Los Salmos son los cánticos espirituales de los Israelitas.
Cuando en pruebas me encuentro
yo clamo a mi Señor,
Le digo que me ayude
y quite mi aflicción.
El me ha prometido
estar siempre conmigo
en medio de la angustia
en medio del dolor.
Por eso es que yo siempre
le pido a mi Señor
que me aumente la fe
me dé consolación.
Qué bueno es mi Señor
maravilloso es,
Por eso en El confío
de todo corazón.
Aunque nunca lo he visto
le sirvo por la fe,
es bienaventurado
el que puede creer.
Cuando más triste me encuentro
cuando más desconsolada
y mis lágrimas descienden
que no puedo contener,
cuando el corazón se aflige
y cuando siento que desmayo,
yo levanto mi cabeza
y mis manos hacia el cielo
y comienzo a adorar.
A adorar al Dios que vive
adorar al Dios que reina
adorar a mi Señor
y El me viene a consolar.
En Su Palabra nos dice
que El habita en la alabanza,
y por eso yo le alabo
en medio de la aflicción.
El me mira con ternura
y recibe mi alabanza
cambia mis penas en gozo
y me da consolación.
Hoy te exhorto hermano mío
a que sigas confiando,
y aunque lágrimas desciendan
no lo dejes de alabar.
Por grande que sea la prueba
abre tu boca y alaba,
Es ofrenda de olor grato
que traspasa el mismo cielo
y llega al trono celestial.
No lo dejes de alabrar
no lo dejes de adorar
de darle toda la gloria
y El te viene a consolar.
VOLUMEN 13: HIMNO- POEMAS